Mis luciernagas

martes, 29 de marzo de 2011

Desea



Quiero ser del tamaño de una mentira
Que me encierren en una jaula
y que me arrojen por un barranco

Quiero ser el brillo de la luna
para desaparecer con la aurora
y morir con el nacimiento del gran astro.

Quiero remontar todas las cumbres
caerme de cada una
y no enloquecer con el fracaso

Quiero ver el mundo en sepia
y diferenciar cada color
entonces el mundo volvería ser tan joven como el tiempo

Quiero encender el sol cada mañana
cada estrella del firmamento,
y apagarlas con la orden del viento

lunes, 28 de marzo de 2011

Antes

La posibilidad de vida después de la muerte, es ciertamente algo que nos inquieta a todos, sin exentar raza, sexo o religión. Lo que muchos no saben, y creadme, es certero; es que al momento de morir, la naturaleza se recoge en una diminuta partícula, y todas las posibilidades se condensan en una sola, la oportunidad del moribundo, es única e irrepetible. La muerte concede a quien muere la capacidad de hacer cualquier cosa que se le ocurra. Pero ahí está el truco, pues no podemos revertir lo que sucede a continuación, ni retardarlo, ni cambiarlo. En sí, es una condescendencia totalmente inútil, aquellos que se aferran a la vida, y que luchan contra sus parpados hasta el ultimo aliento, son aquellos con más posibilidad de actuar - por muy irónico que parezca - pero, la mente de un moribundo es algo un poco más complicado que eso, cuando llegó mi momento, mi esposa me sujetaba la mano derecha, sus cabellos ya canos brillaban tenuemente, la sombra negra que había venido a visitarme a diario desde que me diagnosticaron cáncer. La sombra no es algo que reconoces fácilmente, apenas y se diferencia de las otras, lo que sucede, es que esta se mueve con voluntad propia, y es un eco de la nada. Siempre que estaba sólo, se posaba en la pared opuesta a la de la ventana, la caída del sol sobre su contorno, no la hacía titilar o desaparecer. Era entonces cuando su negrura y simplicidad te afectaba la vista, y sabías exactamente que iba a pasar. Como les decía; esa posibilidad, es algo que muy pocos han podido tomar, no todos conocen el secreto, y como muchos saben, a pesar de que sea la misma muerte la que me visita a diario, no deja de ser una sombra; no puede hacer nada para ayudarnos o perjudicarnos. Una observadora inquietante. En mí caso, mi abuelo me había estado a cargo de una litografía durante toda su vida, leyó más libros que cualquiera que haya conocido en mi vida, en las noches de tormenta, cuando me asustaba y me colocaba debajo de la cama, antes de dormir, me dejaba siempre un libro sobre la mesa, y un trozo de papel manchado de tinta y letras en el. Todos los apuntes y temas que había disfrutado de los libros, a mis trece años, contaba con una colección completa de libros que no debería haber leído hasta la universidad, y un montón de papeles con letra casi ilegible. Uno de ellos en partículas, el de el 13 de agosto de 1946, la fecha previa a la muerte de mi abuelo, me había escrito la siguiente nota:





Es extraño que en la medida en como olvidamos, recordamos lo inútil. A la hora de morir, pensé en mi vida, no recordaba el texto de mi abuelo, ahora que tengo todo a mi disposición, es difícil ignorar consejos como ese, mi abuelo, fue de esas personas claves. De aquellas que encuentras una vez en la vida, y la cambian por completo. Desafortunadamente, la memoria de un viejo no da para muchos recuerdos valiosos. El abuelo no conocía el secreto, pero conocía la escencia en él. Habría podido decir "lávate la boca antes de dormir", o "nunca le lleves a la contraria a tu mujer" - ese ultimo me habría resultado útil de alguna manera. Lo siento Kaeley, querida: en las mañanas, tu humor era tan negro como tu alma. Te amo. - Pero, cuidó de mí hasta su ultimo aliento, tal vez no escuchemos las campanas, pero efectivamente sabemos que las dejaremos de escuchar en algún punto. Yo no conocía ni la escencia, ni el secreto. Pero conocía a mi abuelo, y lo recordaba y lo anhelaba tanto, que sus palabras se grabaron en el fondo de mi mente. Lamentablemente, el no se pudo reunir conmigo en ese instante, no físicamente, pero podía sentir la ansiedad de terminar con todo, y la paz que siempre dijo que necesitaríamos para afrontar el tribunal. No desee prolongarlo, sólo no hacerlo tan tormentoso como esperé que lo fuera. Dirás que fue un desperdicio, con paz o no, el juicio llega. Y no hay nada contra eso. Pero si te lo estoy contando, es por que quiero decirte: que en el momento, el cansancio que sentiste en tu vida, no es nada comparado con lo que te espera del otro lado. El parque, La estación. El tren. Y finalmente. Estás en casa.

jueves, 24 de marzo de 2011





No es por que lo haya olvidado, siento MUCHISIMO no haber podido publicar ultimamente, pero es que LITERALMENTE, no hay tiempo, estamos en finales de periodo, eso significa trabajos para todos los dias, y examenes finales TODOS LOS DIAS.. (no bromeo, todos los dias tengo un examen diferente).. así que hasta los primeros días de abril, no tendre tiempo de nada, tengan un poco de paciencia, prometo compensarlos!, y al fin llegue a los 46 libros! (lo unico del mundo que me duele de no tener tiempo, y que duele mas que no escribir, es no leer, CORRECION: no leer a mi ritmo, LEO DE A CINCO A SEIS LIBROS POR SEMANA, ahora tengo suerte si termino dos.. esto nos afecta a todos...) cuidense mucho!!!

martes, 22 de marzo de 2011



No conocemos más limites de los que nuestro cuerpo o nuestra mente nos señalan. Si los conocieramos, ¿intentaríamos atravesarlos? - tal vez ya lo hayamos hecho -. No lo sabremos todavía, creo.creemos en la debilidad mental, y que sólo con normas y límites, podemos reprimir los errores.

jueves, 17 de marzo de 2011

Carcel



La carcel de Platon
tiene una mano sobre su pomo
la llave, pues, no encaja sobre los dedos

El impedimento no es otro
que la propia voluntad
el esfuerzo por el camino del bien

Tras todo este tiempo
la puerta ha tomado conciencia de su prisionero
conociendo mas su interior que de lo que guarda

Encierra por el propio bien
pero se ha deleitado con el sufrimiento
amagando salidas, ofuscando a su prisionero

Es por eso que el alma, no escapa,
pues su carcelero lo conduce a la locura y la adiccion
al temor a lo desconocido, y la tortura interior.

lunes, 14 de marzo de 2011

Tren: Como el mundo mismo, o como el mundo en sí


Para Eugenia & Lissy, ustedes no han olvidado alimentar al gato..., o a mí, después de todo este tiempo, siguen ahi, para cuando la noche está larga, o mi madre se aburre de mí y me echa de la casa...

Hay una estación en el tren, , los trenes van en una sola dirección. Aquellos que la visitan, no llevan equipaje, pero sus rostros no revelan el nerviosismo tipico de todos los que viajan, si habeis viajado, seguramente sabeis del ajetreo que hay las horas anticipadas a la partida, y siempre creeis que habeis olvidado algo. Efectivamente, siempre hemos olvidado algo. Pero en esta estación, es algo diferente. Las emociones aquí no tienen ningun valor, ningun sentimiento perdura aquí. Tan efímero como lo fue, es ahora. Con obligación, debemos atravesar un parque que nos lleve a las puertas de la estación - a diferencia de la estación - es tan concurrida como el mundo mismo - o como el mundo en sí - míralo por donde lo quieras ver. En este parque, están todos lo árboles que puedas imaginar, y la brisa es cálida como en el verano, y el sol - como todos los soles - cae perpendicularmente sobre nuestra piel -. Las nubes teñidas de rosa y miel. Y a pesar de todo, se ve tan vacío como el mundo mismo - o como el mundo en sí - El camino es amplio y no tan concurrido, a pesar de la cantidad de gente, nadie se apura en llegar, y todos se mueven en la misma dirección, como un ola arrastrada por la brisa de el último día de verano. La belleza es tan perfecta, que no da espacio para otra respiración, y la piel se escuece al contacto del viento, por que a pesar de la brisa, la piel está caliente. Y tu mente tan lejos, tan lejos, - y aunque creas que este inmenso paraíso se extiende hasta los confines de la mente, no es así. - puesto que ninguna superficie puede ser abarcada por pensamientos, o al menos ninguna es capaz de tocar a la otra, y al estar tan distantes, casi en otras dimensiones, sería imposible decir, que podrían estar juntas en el mismo momento. Ah, otro detalle; el tiempo aquí es algo diferente, no se mide con un bonito reloj de pared arreglado por el abuelo en el siglo XX, tampoco con ese rolex que todo buen hombre a los treinta desea tener. No, el tiempo no se mide en segundos o en minutos, de hecho. Aquí no hay medida para algo como eso, aquí el tiempo se extiende como la mente, y sin la retención de una caja de madera o un marco de vidrio incrustado con diamantes, realmente pierde importancia, como el mundo mismo, o como el mundo en sí. Míralo como te convenga. A pesar de la extensión del parque, como ya sabes, el mundo NUNCA ha sido suficiente para sus caminantes - a tal punto, que han pensado en caminar en la luna misma - así que al final, encuentras un marco gigante en mármol grabado, tan maravilloso como el amanecer, las bases adornadas con remolinos y talles delicados, sorprendentemente, a través de los años, el marco ha sobrevivido sin ninguna fractura, ciertamente es la parte más maravillosa de todo el viaje. No lo olvidabas ¿o sí?, no estas llendo a Disney World, no esto es un poco mas definitivo que eso. Cuando entras en la estación, ya no hay brisa calida de verano, ah no, ahora hay algo frio y mas acogedor, no necesitas pagar ninguna clase de ticket, la estación te ha esperado siempre, era cuestión de tiempo que aparecieras. Tampoco hay fila de espera - ¿a que se oye como la clase de banco que todos desearíamos? - sería el colmo que hubiera fila de espera, después de todo, han tenido bastante para preparase. Los de las muertes prematuras, van a otro lugar diferente, no te preocupes, es decir - si tienes once años (y estas a esta hora leyendo esto, te recomiendo que lo cierres y hagas algo más productivo, si no lo haces, es tu decisión, pero hasta yo sé que hay cosas mejores que hacer), como decía si tienes once años y estás apunto de recibir una bala en tu cabeza, bueno, no sé exactamente que sucedería contigo, pero dado el caso, diría que irías en alguna clase de "vuelo directo" o algo así.) No tendrías que sofocarte con el vapor del tren, ni nada por el estilo. Aunque claro, si eres de esos claustrofóbicos que prefieren la ventana, seguramente te sofocarías. Me salí del tema. ¿Ya ves que amplio es el tema en si? como el mundo mismo - o cómo el mundo en sí. Tómalo por donde quieras. En el caso dado de que tengas treinta años, tal vez unos mas, tal vez unos menos, diría que has tenido el tiempo suficiente para faltar y redimir, y no seas llorón, de todas maneras iba a pasar. La gente estará algo preocupada al principio, o tal vez esa no sea la palabra correcta, busquemos una mejor: ¿que tal apesumbrado?. Sí, tal vez sea esa. Aunque siempre está la excepción a la regla, no digo que seas malo, sólo que, nadie es, o más bien, nadie puede ser tan extraordinario como para agradarle a todo el mundo, y llegando a este punto. ¡Hasta Jesús tenía sus enemigos!, antes del parque, cuando todavía estabas por ahí, haciendo cosas totalmente inútiles, seguramente estabas ganándote un enemigo o dos. Tal vez no lo has escuchado, pero en lo que a mí respecta, hasta por experiencia propia lo he podido comprobar "los amigos van y vienen, los enemigos se acumulan", OK, ok, algo pesimista para esta hora de la noche, pero en realidad, a pesar de no ser una verdad absoluta, es en parte mito, en parte verdad. A la hora de morir, dudo que alguien piense en ese niño que molestaste una vez en clase de matemáticas, sí ese al que le pegaste goma de mascar, o le halaste el cabello, o hiciste que se mojara cuando pasaste corriendo frente a una charca. No, dudo que vayas a pensar en eso, cabe la posibilidad, de que seas alguien trastornado, y el recuerdo de tu esposa, madre, hermano, primo, vecino, o cualquier persona un poco más importante, llegue a pasar desapercibido por la culpa que experimentas al no haberte disculpado. ¿Y quien sabe?, tal vez hasta te lo encuentres en la estación. Al fin y al cabo, todos vamos a parar ahí.

Ya alargado el cuento, no quiero que te asustes, si eres un valiente, no te ofendas. Sí alguna vez consideraste el tema de "más allá de la muerte", te recomiendo que empieces a pensar en cosas mas productivas como "debo alimentar a mi perro" o "tal vez debería pedirle disculpas a ..."  no sea que tengas que ir a la estación antes de hacerlo, y puede que en ese momento no existan cargos de conciencia, pero la mente prematura perdura en los recuerdos de quienes todavía no han separado boleto, para tranquilizarlos, te recomiendo que pienses un poco más en lo que estas haciendo ahora, el tiempo de preocuparse realmente no llega cuando lo llamas, siempre llega cuando a) estás terriblemente azarado por otra cosa. O b) cuando a las tres de la mañana no tienes nada mejor que hacer. Al contrario de muchas cosas, creer en lo que hay después de... es realmente insignificante en sí. Se supone que no debes hacer trampa y portarte bien, por que realmente quieres hacer algo bueno, lo que hay después de... sólo lo sabes cuando llega el momento, mientras tanto, preocúpate por el antes de... y haz algo para que cuando llegue el momento previo para el después de...  no comiences a preguntar cosas a) irracionales o b) inútiles.

Au revoir.

sábado, 12 de marzo de 2011

La dama de las nubes



En las nubes habtia una dama
una dama del color del alma y la tristeza
la dama de la lluvía secreta

Ella cuenta los secretos inaudibles
pero el sonido de las gotas ahoga sus revelaciones
los vidrios tiemblan bajo sus lagrimas

Aquellos que entienden su lenguaje
caen en una terrible depresión
el mensaje siempre es el mismo:

"Tres días de tormenta
Tres días te quedan
la vida se escapa de tus dedos
y se une con la mía
drena tus penas
estarás junto a mí"

Esta dama es mitad mentira mitad realidad
su corazon es tan fragil y voluble como la lluvía
sus ideas cambian con el viento
y las ansías de tu presesncia
se evaporan en el aire en cuanto llegas

Entonces ella te deja
y tu ira se convierte en fuego fatuo
tu alma ilumina las penas del mundo
y la dama espera y olvida.

El rocio de la mañana
son lagrimas secretas de la dama de las nubes
ella recuerda vagamente esperar a alguien
pero su mente cambia como la marea
y olvida rapidamente cualquier sentimiento

Nadie ha estado en su castillo
solo las estrellas la acompañan en las noches
y es entonces cuando se van a la aurora
que llora secretamente
mojando los campos y la puntas de los edificios.

jueves, 10 de marzo de 2011

Las alas perdidas


Para lissy, Val & Eugenia


No miento cuando lo cuento, no estuve ahí pero me lo dijeron, no hace mucho tiempo; en un hospital, nada diferente de los que conocen, con las paredes inmaculadamente pintadas, y el olor a desinfectante flotando en el aire, la combinación es una mezcla de muerte, enfermedad y tristeza. Enfermeras caminando de aqui para allá, Kara las observaba mientras esperaba su turno, la silla era incómoda, el plástico azul de la silla hacia que se deslizara hacia el borde. Pasaba una y otra vez la mirada sobre el reloj de la pared, cinco minutos y el horario de visita comenzaría. Dos semanas atrás, estas preocupaciones no alterarían a Kara, pero desde que él había entrado en su vida, todo parecía cambiar de matiz, la verdad era dolorosa, pero había tenido que resignarse a ella, en el silencio que la misma exigía, sobrellevar todo era más difícil.

- ¿Señorita?. Puede entrar ahora. - Una enfermera de cabello negro toco su hombro.
- Gracias.
- Sigame - La enfermera ordenó. Kara la siguió en silencio, en la habitación el brillo suave de la mañana había inundado la habitación, en total desacuerdo con la fecha. Los cielos deberían haber estado oscuros, con nubes negras en el cielo y nieve cayendo a su alrededor. Pero no era así. El ultimo día de Jhon era completamente diferente a lo que Kara se había imaginado. Según los doctores, el tumor de Jhon había avanzado de tal manera que era imposible detener lo inevitable. Sólo dos semanas. Y Kara ya creía perder el alma. Jhon no era la clase de personas que normalmente encuentras en un parque, o leyendo en la biblioteca, de hecho, Kara no conocía ninguna persona como Jhon, él no era de ningún tipo, Jhon era Jhon. Ella lo había notado, la extraña posición de los hombros de Jhon, algo parecido a una joroba, pero no definitivamente, los hombros le encajaban de tal manera que parecía solamente que estuviera encorvado, había notado el movimiento de sus huesos, más agudos en los omóplatos, filosos. Cada movimiento era tan pulcramente desarrollado, que había creído que era parte de su constitución, hoy se daba cuenta de algo diferente. Hoy todo era su culpa. Jhon iba a morir por su culpa.

Hacía tres días, mientras caminaban juntos por la calle, un imprudente conductor había derrapado por la acera, seguramente victima de el alcohol, no era dificil adivinar la dirección del coche, iba en dirección a Kara, Jhon la había tomado en brazos y la había hecho a un lado, pero había olvidado soltarla y ambos rodaron por la acera, la delgada camiseta negra de Jhon no había sido suficiente escudo, y su espalda había quedado demacrada por el impacto, el coche dio en u blanco después de todo. Kara, se había enterado después de todo, que Jhon iba a morir tarde o temprano, pero había sido su culpa que el proceso se hubiera acelerado, el accidente había tocado una parte muy delicada del tejido del tumor, y ahora no quedaban esperanzas, le habían dado los días contados.

- Jhon. - Los ojos grises de Jhon destellaron cuando Kara entró. - ¿como te sientes?
- Como si un coche me hubiera golpeado y hubiera pasado tres días en una cama. - Kara sonrió y camino hacia el catre, un sillón de color crema estaba al lado de la cabecera, Kara lo ocupó y tocó la frente de Jhon. Había sentido admiración por la coloración extraña de la piel de Jhon, no del todo de color crema y no del todo dorada. Ahora estaba mas pálido de lo que lo había visto, el corazón se le cayó al piso cuando Jhon la miró de nuevo, la vida se escapaba en cada pestañeo. 
- Jhon, yo...
- Kara, esto no es culpa tuya, el conductor estaba ebrio, fue cuestión de suerte...
- Pero si me hubiera golpeado a mí esto no estaría sucediendo.
- Kara, tarde o temprano iba a suceder; hay algo que debo decirte. - La voz de Jhon era casi un susurro, él no quería irse sin despedirse de lo único que le quedaba en el mundo. - Sé lo que los doctores dicen, Kara. Ya es hora.
- Pero Jhon...
- No, Kara. Déjame terminar. Ayúdame a incorporarme - Kara obedeció, y puso sus manos sobre su regazo, obligándose a sí misma a no tocarlo, el cabello de Jhon caía en mechones lisos al rededor de sus ojos. - Cierra la puerta.

Kara se levantó y agradecida por poder retirar la mirada, cerró suavemente la puerta.

- Kara, hay algo que debes saber. Yo no llegué a tu vida por casualidad, vine a salvarte. Sabía lo que iba a suceder, el hombre del accidente, él..., es decir, él, iba a matarte. Su esposa lo había dejado por que tenía problemas con el alcohol, el mayor Sam, le acaban de descubrir cáncer de pulmón, y según la madre, el estado de Sam, no da para soportar situaciones como las que el hombre produce, cuando encontró la carta de su esposa diciendo que se iba del estado, quedó completamente destrozado - la voz de Jhon se aagaba, y los ojos de Kara se inundaban de lagrimas, pero ni una sola se derramó - consumió todo el vino de la casa, y en su estado de embriaguez, sacó su coche. Él no tenía miedo ahora de acabar con su vida, ya que se habían llevado parte de eso con Sam.
- ¿Como sabes eso, Jhon? - La voz de Kara era tan suave en los oídos de Jhon, que él se distrajo por un momento en la melodía, su nombre pronunciado con tanta delicadeza...
- Kara, tu ya lo sabes. Siempre lo supiste, no es la primera vez que me vez, y lo sabes.

Era cierto, Kara había tenido sueños extraños desde hacía tiempo, cada vez más reales e incoherentes. Todos terminando de la misma manera, ella en brazos de alguien que -podría ser demasiado alto y con piernas invisibles- o definitivamente estaba volando.

- No sé a que te refieres, Jhon. Es la morfina, deberías descansar un poco - Kara desvió la mirada hacia la intravenosa. Los ojos grises de Jhon la penetraban hasta lo más profundo de su cabeza.
- Sí lo sabes. Kara, sólo quiero que sepas, que las últimas semanas han sido las mejores de toda mi vida, y mira que es decir bastante. - por diferencia de cientos de años quizá - Debo volver allá, pero antes de eso, quiero que sepas, que has sido mi cielo en la tierra, cualquier dolor ahora vale la pena. - El camisón de Jhon tembló en la espalda, había algo oculto ahí, y Kara sabía lo que era, sólo que no quería aceptarlo. - Puede que en este momento no sepas de lo que hablo, pero en el fondo lo sabrás algún día, realmente te amo, Kara. Y creo que no podría amar a nadie más, por más veces que viviera. Hubiera querido tener mas tiempo contigo, pero debo regresar, debo protegerte desde arriba. Pero voy a estar más cerca que nunca, Kara. 

Las lagrimas de Kara se desbordaron finalmente, y la mano de Jhon se ahuecó en la mejilla de Kara. Ella no sabía que decir, podría alegar demencia en defensa de Jhon, pero en el fondo, las palabras no sonaban tan extrañas como deberían, la familiaridad que sentía a su lado no podría ser explicada de otra manera, 

- Si supieras cuanto te voy a extrañar... - La voz de Jhon era apagada, y era mas cercana a un suspiro. Kara sabía que lo había amado desde que lo había visto, sólo que había sido muy tímida para aceptarlo, no era un amor humano lo que podría sentir, esto trascendía de tal manera que no podía explicar. La mano de Jhon seguía en su mejilla. Kara se levantó del sillón y se sentó en la cabecera y pasó sus dedos finos a través de el cabello de Jhon, tan delgado y suave como lo recordaba. Ella besó su frente. Sus parpados, y descendió por la mejilla hasta la curva de su mandíbula. Jhon no se había sentido más humano, la sensación de calor que se expandía por su cuerpo no era como algo que sintiera antes. Él sentía su pulso acelerarse, y tomo la cabeza de Kara inclinandola un poco; ella no podía decir como, pero de alguna manera, los labios de Jhon sabían a miel, tan dulce que era adictivo. Kara apenas podía respirar, Jhon tomaba vitalidad de donde no tenía, y cuando libero los labios de Kara, aún tan cerca que podía sentir su aliento dulce sobre su rostro. - Te llevaría conmigo si pudiera...
- Hazlo, no me importa.
. No, Kara. Tú tienes una vida. Y mientras tú estés aquí, eres mi inmortalidad. - Kara no lo soportaba, sabía que iba a perderlo en cualquier momento, y no acusa del tumor, exactamente. Ella pasó sus brazos sobre los hombros, y tocó los omóplatos de Jhon, casi las podía sentir, vivas y escondidas. Las alas perdidas de Jhon.

Minutos más tarde, Kara lo besó por ultima vez. Miel y lagrimas. Jhon, fue declarado canónicamente muerto. Su corazon estaba muy débil a causa del accidente, y la restauración de los tejidos en su espalda no habían sido lo suficientemente rápidas. La vida de Jhon quedó en sus labios. Las alas nunca expuestas, no pudieron recordarse en la memoria de Kara. Los parpados grises quedaron cerrados, y las lagrimas de Kara brotaban sin parar.

Un niño pasó riendo por el pasillo, corría hacia la enfermera que la había guiado a la habitación de Jhon. La enfermera hablaba con un doctor, el camisón del niño y su cabeza calva relucían bajo las luces fosforescentes, la enfermera tenía los ojos inundados de lagrimas, el doctor tenía esa expresión de satisfacción que tienen los médicos, cuando uno de sus pacientes recibe una buena noticia - algo no muy frecuente en su trabajo - La mujer sostenía con debilidad unos papeles mientras el doctor le explicaba los resultados.

- No sabemos cómo, es un milagro, el cuerpo de Samuel se repara con rapidez, a este paso, logrará la recuperación exitosa en un intervalo de dos meses. Tiene usted un ángel, Jacqueline.

Máscaras mecánicas


Rien, mienten y bailan
Mascaras mecanicas adornan sus caras
sedas, engranes y melodías

Mascaras que esconden maquinas
si teneis secretos bailad
si no teneis ojos mirad
reid, mentid, cantad

Mientras la luna este en claro
tus secretos están a salvo
usa la mascara
rie miente y baila

En el fondo todos somos iguales
la mascara es un espejo del pozo
deja que la luna se refleje
tus se tiñen de rojo

Rie miente y baila
el sol ya despunta tras la colina
hermosos mentirosos caminan
la salida es una puerta de fuego
y el cobre se funde en lapiel de seda

No dejes que termine
deja que la mentira continue
sonrie hasta el alba, ya la luna se despide
el cobre mancha los rasos
la mascara se desliza

Hermosas criaturas son protegidas por mentiras
las mascaras queman sus secretos
la luna desciende y su hechizo se disuelve
rie para mí, miente para mí, baila para mí
mientras la luna palidece y desaparece

miércoles, 9 de marzo de 2011

El Ruiseñor


Canta, Ruiseñor,
 la medianoche se acerca
la luna está clara y redonda
tu corazon en la espina
tu mano en la mía

La rosa se tiñe
¡aprieta más fuerte ruiseñor!
se funden los pétalos.
Tu sangre y la mía.

La luna de cristal te escucha
canta, Ruiseñor
ya llega la aurora y la rosa aún no nace
todo se refleja en un espejo de plata

Tu mano en la mía
escucha su canto triste
el corazón de la rosa se tiñe
y el artista paga su obra:
su corazón, su sangre y su alma.

Ya no cantas ruiseñor,
el cincel de tu obra fue tu asesino
las raices son tu tumba
pon rosa en tu mano, querida
canta para el artista

martes, 8 de marzo de 2011

Estrellas Secretas




Y si dejamos todo en manos de las estrellas
¿El destino nos encontrará en ellas?
¿O en nosotros mismos?

Si ellas conocen lo que hay en nosotros
¿Están a salvo con nuestros secretos
escondidos en su brillo inconstante?